Editorial 31/07/2012
El afán de protagonismo no es el mejor consejero a la hora de “tratar de hacer política”. Se puede decir con tranquilidad que es el peor. Porque trae aparejados tremendos errores conceptuales. Porque se piensa mucho más en lo mediático que en lo trascendente. Porque se empequeñece lo realmente importante. Son muchas las diferencias que separan a esta gestión saladillense de otras, por ejemplo, la nacional.
Siempre mucho más allá de la absoluta “peronización” de los gestos que trata de imponer el Jefe Comunal, su tarea es más que difícil cuando a su alrededor pululan varios “gorilas” empedernidos que, difícilmente puedan escuchar cualquier palabra vinculada al general ex presidente y a su difunta primera esposa, Evita, sin que se le erizen los pelitos en todo su cuerpo.
El tema de la semana pareció ser la reunión que mantuvieron intendentes del Frente para la Victoria acompañados por el diputado Walter Abarca con el Ministro de Planificación.
La relación de Julio De Vido y Walter Abarca no nació la semana anterior y el ex secretario de Néstor Kirchner lo explicó en una nota que le fuera realizada en la mañana del sábado en FM 98.9.
También los alcances de la reunión mantenida. Y allí todo se entremezcla.
El tema, entonces, pareció ser ése pero fueron otros. Algunos, realmente notables y otros, realmente, lamentables.
Entre los primeros, la actitud, el accionar y la realización de la comunidad de Álvarez de Toledo y entre los segundos, la descomedida actuación del concejal Hernán Troppiano, con excelentes posibilidades de asemejarse a un lamentable remedo de Elisa Carrió.
Troppiano suele hacer imitaciones y las últimas realizadas tienen características de excelencia por su extraordinario y, a la vez, paupérrimo contenido.
Lamentablemente, algunos de sus dichos son graves. Por lo expresado en una nota que publica el medio digital saladilloenlinea.com.ar, la comparación realizada es burda y de nula fundamentación. Pero claro, no ha sido el primero ni será el último.
Ha expresado textualmente que “me llama la atención que después de tantos años de democracia tengamos que vivir en una dictadura”.
Sería recomendable, para este concejal, releer tantos textos escritos y muy difundidos desde hace más de tres décadas. El receptor de uno de ellos fue un hombre que él admiró y admira: Raúl Alfonsín. Y ese escrito fue la base de los juicios realizados a las Juntas militares que gobernaron nuestro país entre 1976 y 1983.
Podría volver a leer, si es que lo hizo en alguna oportunidad, el “Nunca Más”, para tomar debida nota de lo que es una dictadura.
Lo del Concejal es agraviante para todos, abosolutamente. Y mucho más para quienes debieron atravesar el horror de la dictadura militar en nuestro país.
Hay muchísimas personas que nunca le contestarán. Muertos y desaparecidos o hijos apropiados no le responderán al Concejal Hernán Troppiano su exabrupto, uno de los tantos que ha desparramado en tan corto lapso.
Otros sí lo harán. Para expresar el más absoluto repudio a sus dichos, personalmente, el del firmante de este Panorama. Y el pedido de retractación pública a sus afirmaciones, en dónde sea. Seguramente, los concejales de su bancada y las demás le exigirán, al menos una aclaración al respecto de sus palabras.
Troppiano ocupa una banca como representante del pueblo. Debe saber que en ese lugar fue electo democráticamente. Debe saber que puede disentir pero no tiene ningún derecho, por sobre el resto de los mortales, a agraviar.
Su actitud es autoritaria y va más allá, mezclando retazos de nuestra historia. Imposible hablar de nuestro pasado de esa manera. Ha tomado lo peor y lo más recalcitrante de los sectores más reaccionarios de la sociedad para referirse, bordeando el absurdo, hasta a los billetes de cien pesos y a los Montoneros “echados” de la Plaza en 1974, para no agregar su proyecto sobre la inconstitucionalidad del programa PRO.CRE.AR.
Otra frase lo pinta de cuerpo entero: “Como todos saben hubo un fuerte crecimiento económico a lo largo de estos años pero no hubo desarrollo, por ese problema que tuvimos, hoy estamos viviendo un fuerte déficit fiscal que nos lleva a una feroz inflación. Para financiar el déficit están imprimiendo más dinero y esto repercute en los más pobres y en la clase media”.
Otra mentira. Sólo le faltó agregar algo acerca del “viento de cola”. En estos últimos años hubo un proceso de incipiente desarrollo que, por supuesto, es necesario profundizar. La economía no es tan sencilla como para definirla con una frase que parece bonita pero no explica nada ni profundiza el análisis. Cada una de las afirmaciones realizadas amerita un largo debate. Y hubo, debe saber el edil, otros momentos más “feroces” de la inflación. Sería fácil endilgarle las culpas en aquellas oportunidades, todas las culpas, a Raúl Alfonsín o a Carlos Menem. Pero no, ellos gobernaban.
Para muchos economistas “serios”, la inflación, por ejemplo, obedece a muchísimos factores y la responsabilidad también alcanza a muchos sectores y no sólo a un gobierno de turno.
No se puede insultar la inteligencia de la gente ni subestimarla repitiendo disparates.
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